Para llegar a la cima y adelantarse a sus amigas, una de las jóvenes decide mostrar sus encantos al Sr. Smith. Naturalmente, se queda rápidamente desnuda y se masturba el coño con un juguete blanco como la nieve. ¡Qué hombre se negaría a ver eso! Creo que ha conseguido captar su atención y pronto esta chica tendrá que conocer la polla del propio amo.
La chica está acostumbrada a que la traten así. El marido impotente la perdió en las cartas. Por eso la han estado jalando como una perra todo el día. Y cuanto más fuerte es la estaca, más fuerte la meten dentro. Sólo que el coño está ya tan acostumbrado a los nuevos amos, a la abundancia de leche, que no quiere volver atrás.